Reconozco que cuando cumplí los nueve años, empecé a darme cuenta de algo, que transcendía más allá de mis pensamientos. Siempre he tenido dentro de mi mente una sensación, que me decía, como tenía que comportarme, pero era muy joven, por lo cual voy a relatar hechos que poco a poco me cambiaron la vida, por una experiencia evolutiva, hacia, El Padre Celestial, dando pasos cada vez más seguros,  comprendiendo todas  las  circunstancias que me ocurrían , y las voy a manifestar, pero no todas, porque muchas son íntimas. Doy testimonio de los sucesos espirituales, que me ocurrieron en mi vida personal:  Cuando tenía 9 años, tuve un accidente, cuando iba hacia la escuela. Estaba  corriendo para llegar a la hora de entrada, con mis amigos, y bajando por una cuesta bastante empinada, tuve que sortear a una persona mayor, para no chocar con ella, y con tan mala fortuna, que tropecé con el borde de una escalera que iba pegada por las casas, que conformaban la calle, y mi cuerpo empezó a volar por el aire, y veía la pared de la casa muy cerca de mi,  dándome cuenta que mi cabeza iba a chocar contra la pared de una casa, de haberse producido, hubiera sido muy letal, pero en ese instante noté unos manos muy fuertes, que me sostenían y levantaban más alto, mi cuerpo, a la vez, aún, y me dejaron caer en los peldaños de la escalera, como si fuese una pluma de un ave, muy cerca de la pared de la casa, no ocurrió nada, sólo el susto. Cuando era más mayor con 16 años, fui con mi padre, en su moto  a un pueblo vecino, a ver a unos amigos de mi padre, y al regreso a casa, la moto derrapó en una curva que había gravilla, y caímos  de la moto, yo salí por encima de mi padre, volando unos cuantos metros, y aterricé dentro de una acequia que no llevaba agua, y su altura era más o menos, sobre unos 0,60 cm de profundidad, me levanté, y me  di cuenta que en las manos tenía algún rasguño, con un poco de sangre, no dando importancia, y salí de la acequia bien y con facilidad, y luego me interesé por mi padre al cual tampoco le había ocurrido nada importante. He tenido en diversas etapas de mi vida personal, varios percances pero nunca me ha ocurrido nada de importancia, por las intervenciones de los ángeles. En mi etapa de asesor fiscal, tuve que ir un día, a Murcia capital, para hacer un cursillo,   con un compañero de despacho, para reciclarnos sobre la temática,  la Renta de las Personas Físicas. Fuimos con mi coche de entonces, y cuando estábamos  llegando por la autovía a las proximidades de las salidas de Murcia capital, recuerdo que íbamos por la parte izquierda de la autovía, a una velocidad de 140 km hora, con la quinta marcha de la palanca de cambio, y a unos 100 metros delante de nosotros, circulaba un camión con un toldo, que iba por el carril derecho, el toldo  me dificultaba la visión de los carteles de salida hacia Murcia, y le dije a mi compañero, cuando veas algún letrero de Murcia, me avisas, y a los pocos segundos mi compañero me dijo: hay un cartel de salida que pone Murcia Norte, y lo que hice, fue una reacción impulsiva, no mirando por el retrovisor derecho, a los coches que iban por la misma dirección,  por el carril de la derecha, tampoco frené, ni fui cambiando las marchas para acoplarlas a una velocidad moderada, no indicando con los intermitentes, mis intenciones, de hacer un cambio de sentido de carril, del izquierdo al derecho, para poder incorporarme, para poder  salir hacia la señal, que me había avisado mi compañero, que marcaba la entrada de Murcia Norte. Y ocurrió lo siguiente:Nos quedamos dormidos en milésimas de segundo, desapareciendo de la autovía, nosotros y el coche, siendo todo tan  rápido, como efectivo, abrí los ojos en segundos, dándome cuenta de lo sucedido,  el coche estaba en la mitad de una herradura, de la entrada que teníamos que haber tomado, estaba parado, y en punto muerto,  sin ninguna marcha engranada, y me giré hacia mi derecha, vi  a mi compañero, que aún estaba dormido, y note en mi mente, lo que había sucedido, y di gracias al Padre Celestial, por habernos salvado la vida, y también por todas las vidas, de las personas que iban por el carril derecho de la autovía, con sus coches, y lloré de emoción,  fue entonces cuando noté en mi cuerpo, la sensación, de la comunicación espiritual elevada, y luego, la sensación de como los coches, me iban atravesando el cuerpo, en ese mismo instante, conté  unos quince coches, fue una sensación extraña, que nunca en mi vida había tenido. Luego volví a mirar a mi compañero, que en ese instante empezaba a despertarse, abriendo los brazos como desperezándose, y me dijo cuanto falta para llegar al hotel del cursillo de la Renta. No dándose cuenta de lo ocurrido, no le dije nada sobre el respecto, y fuimos directamente al parking del hotel. Capté en ese instante, de que los ángeles fueron nuestros salvadores, y también salvaron, al resto de las personas que transitaban por dicha autovía, lo que nos hicieron a nosotros, fue una tele transportación, en la cual desaparecimos físicamente, nosotros y el coche, por ese motivo, los coches que estaban transitando por la derecha de la autovía siguieron hacia sus destinos sin ningún percance. Este suceso tuvo lugar hace unos 30 años, por 1990, en el mes de abril. NOTA: Seguiré transcribiendo mis memorias relativas al título de la entrada.

Categorías: Espiritual

0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *